Como continuación a la adaptación de las plazas existentes, se propuso la sustitución de una capilla con la que contaba el complejo, de construcción muy precaria, por una adaptada a la nueva imagen que se pretendía dar al conjunto. Con un presupuesto muy limitado, se propuso crear un ejercicio de papiroflexia con el terreno para dar cobertura a un altar para misas al aire libre.