La ciudad vertical y la ciudad horizontal. Nueva York vs Los Ángeles. 23/07 2014

 

Viajar a Estados Unidos es una experiencia extraordinaria para mucha gente, y más aún para los que nos encanta la arquitectura. Los americanos sin duda saben hacer las cosas a lo grande, y es un escaparate perfecto para ver las últimas tendencias de la sociedad.

La “arquitectura de revista” se retrata mayormente en sus principales ciudades, siendo dos casos muy significativos Nueva York y los Ángeles por lo opuesto de sus filosofías.

Nueva York es considerada por muchos la capital del mundo. La ciudad de los rascacielos ha sido retratada en el cine hasta la saciedad y es cierto que visitarla deja la sensación de ya haber estado allí antes.

Su planteamiento urbanístico viene condicionado por la escasez de terreno y su necesidad de tender hacia arriba debido a unos precios prohibitivos del suelo. Así pues, pasear por Manhattan es acabar con tortícolis mirando lo magnifico de su arquitectura. Mucha gente incluso llega a sufrir mareos o agobio por encontrarse en una jungla de cemento donde el sol no siempre se asoma a pesar de sus amplias calles y espacios abiertos.

Vivir en un modelo como el neoyorkino posibilita vivir en la planta 20, trabajar en la 6, hacer la colada en la 2 y la compra en la planta baja de tu mismo edificio.

Un eficaz sistema de transporte público y una enorme cantidad de taxis hace el resto para moverte por una isla de piedra de menos de 60 km2.

El caso angelino es el opuesto. Una ciudad con una extensión de casi 1300 km2 hace prácticamente inviable la organización de un buen sistema de transportes públicos y la necesidad de vivirla con vehículo privado.

La tipología más común es de viviendas unifamiliares o plurifamiliares con una altura que rara vez supera las dos o tres plantas. Esto supone que la densidad de habitantes por m2 de suelo sea mínima, y por tanto no es tan difícil aparcar como se puede pensar de entrada. Un paseo por calles tan amplias con tan poca altura de edificación asimilándose a un pueblito y viendo de fondo el cartel de Hollywood es una experiencia memorable.

Los Ángeles también tiene rascacielos, como toda buena ciudad americana que se precie, pero se limitan al centro o downtown.

Cualquiera de las dos visitas son altamente recomendable, no solo si las miras a través del ojo de un arquitecto.